Tránsito: un problema mundial

El área metropolitana de la Ciudad de México es una de las más grandes y más densamente pobladas del mundo. Es lógico que también sea una con los mayores problemas de tránsito.

El conjunto de la mancha urbana que suma al Distrito Federal con los municipios conurbados del Estado de México e Hidalgo cuenta con casi 21 millones de habitantes concentrados en un área un poco superior a los 7 mil kilómetros cuadrados. Para hacer una comparación, el Distrito Federal sólo tiene 1,479 kilómetros cuadrados; estamos hablando de una megalópolis más grande que el estado de Aguascalientes.

Por supuesto que en términos de habitantes también los números son muy impactantes: el 20% de los mexicanos vivimos en ésta zona, el 75% de los mexiquenses viven en la periferia de la Ciudad de México. Esta población supera en número a la de los estados de Veracruz, Jalisco y Puebla (los número 3,4 y 5 en población del país) combinados.

Y aunque esta zona es la tercera más grande por población a nivel mundial, es la séptima en expansión cosa que quiere decir que, en comparación con otras megalópolis, tenemos más gente en menos espacio; estamos hablando de más de 2 mil personas por kilómetro cuadrado.

Mucha de esta gente tiene que salir todos los días a trabajar y para ello requiere de transporte; se calcula que en el tránsito del área metropolitana circulan alrededor de 6 millones de automóviles.

El uso de autos se ha transformado en una verdadera pesadilla, no sólo para los habitantes del Valle de México, si no para la mayoría de las grandes concentraciones urbanas; el tránsito aumenta cada día y cada vez son más los coches circulando en las calles. Las soluciones que se han dado también son muchas.

El problema del tránsito es mundial y, como tal, vamos a dar a conocer las soluciones que se han buscado a lo largo del mundo en una serie de artículos relativos.

Londres: en el centro el tránsito es de paga

La capital de la Gran Bretaña tenía problemas de tránsito aún antes de que se inventaran los motores de combustión interna; la ciudad es un extenso conglomerado que creció debido a su importancia económica y política, esto aunado a nuevas tecnologías de transporte público como el ferrocarril subterráneo que en Londres fue el primero del mundo y ahora el más extenso con 408 kilómetros de recorridos.

Sin embargo y a pesar de estas facilidades de transporte público, la cantidad de autos en Londres ha aumentado al grado que el gobierno de la ciudad ha tenido que adoptar medidas extremas para paliar el uso de automóviles y fomentar transportes alternativos para combatir los congestionamientos de tránsito.

En el año de 2003 la ciudad estableció una zona llamada Congestion Charge Zone (algo así como Zona de Cargo por Congestión) con la finalidad de cobrar el acceso de automóviles al centro de la ciudad en las horas de más tránsito de coches.

Los londinenses deben de pagar unas 8 libras, es decir, el equivalente a 160 pesos, por acceder al centro de Londres con sus coches de 6 de la mañana a 7 de la tarde de lunes a viernes. Los automovilistas que “eviten” realizar dicho pago pueden recibir multas de hasta 180 libras (3,200 pesos).

La medida tuvo cierto éxito inicial al grado que el gobierno de la ciudad lo expandió a una zona aún mayor de Londres y en la actualidad, en que otras ciudades han copiado este sistema, es la mayor área metropolitana que carga una cuota por acceder al centro de la ciudad con sus coches.

El establecimiento de un sistema de pago para acceder en automóvil al centro de Londres ha logrado ciertos objetivos al reducir en cierta manera el uso de coches particulares en la zona de cargo (un 16% menos) sin embargo estos no han sido tan buenos como había sido previsto en el plan original.

En la actualidad el gobierno de la ciudad está planeando expandir, aún más, la zona de cargo para así combatir el tránsito.